
Aprovechando que ahora podemos encontrar fresas en cualquier frutería, preparé esta tarta que fue todo un éxito en la última reunión de amigos. Es muy sencilla y la podéis presentar de diferentes formas; con una capa de mermelada de fresa por encima, cubrirla con fresas y darle solo un toque de mermelada y brillo, o utilizar otra fruta que más os guste y que este de temporada.

Ingredientes para 8 porciones
- 1 paquete de galletas
- 65 gramos de mantequilla en pomada (mantequilla a temperatura ambiente o bien meterla en el micro durante pocos segundos para que se ablande un poco)
- 500 gramos de queso fresco batido
- 200 gramos de leche condensada
- 2 yemas de huevo
- 250 gramos de fresas
- 3-4 cucharadas de azúcar moreno. También se puede usar azúcar blanquilla
Preparación
Trituramos las galletas y las mezclamos bien con la mantequilla.
Cubrimos la base de un molde de unos 20 cm aproximadamente con la masa de galleta y lo dejamos en el frigorífico unos 30 minutos, mientras preparamos la crema de queso.
Batimos las yema, incorporamos la crema de queso y la leche condensada. Mezclamos bien y precalentamos el horno durante 10 minutos a 180º C. Añadimos la mezcla al molde que hemos reservado en el frigorífico.

Metemos la tarta en el horno durante 40-45 minutos aproximadamente o hasta que la crema esté consistente y la tarta ligeramente dorada por arriba.
Metemos un cuchillo en el centro, si sale limpio estará lista.
Trituramos unas 5-6 fresas, añadimos el azúcar moreno y las ponemos al fuego unos 5-10 minutos.
Cubriremos con un poco de esta mermelada la tarta al final.
Sacamos la tarta, la decoramos con las fresas y le ponemos un poco de mermelada de fresas que hemos preparado. O bien cubrimos la tarta con la mermelada y decoramos con unas fresas por encima.
Reservamos la tarta en la nevera hasta el momento de tomarla.